PARTO DE LOS MONTES

Significado de la expresión PARTO DE LOS MONTES

PARTO DE LOS MONTES significa hecho o resultado minúsculo en grado o entidad, o absolutamente decepcionante, sobre todo en comparación con lo que se esperaba o lo que se podía o cabía esperar.

Más información

  • Suele tener cierto matiz entre socarrón e irónico, sobre todo cuando había gran expectación por el hecho o resultado de que se trate.
  • Se suele usar reforzada por las palabras <<verdadero>> y <<auténtico>>.
  • Procede de la fábula, condenatoria de la vanidad, de Félix María de Samaniego (1745-1801) titulada <<El parto de los montes>> (la fábula XV del libro segundo de las “Fábulas Morales”), la cual dice así: <<Con varios ademanes horrorosos/ Los montes de parir dieron señales:/ Consintieron los hombres temerosos/ Ver nacer los abortos más fatales./ Después que con bramidos espantosos/ Infundieron pavor a los mortales,/ Estos montes, que al mundo estremecieron,/ Un ratoncillo fue lo que parieron./ Hay autores que en voces misteriosas,/ estilo fanfarrón y campanudo/ nos anuncian ideas portentosas;/ pero suele a menudo/ ser el gran parto de su pensamiento,/ después de tanto ruido, sólo viento>>. 
  • Félix Mª de Samaniego relata en el Prólogo a la primera edición de sus Fábulas Morales cómo se inspira en las fábulas de otros fabulistas anteriores, sobre todo los griegos Esopo y Fedro, usados ambos como fuente de inspiración también por otros escritores, como el latino Horacio y el francés La Fontaine.
Llanura manchega en La Roda de Albacete en imagen usada para ilustrar la expresión parto de los montes.
Aquí tendría que ser no parto de los montes sino parto de los llanos. Estamos en la llanura manchega del municipio de La Roda de Albacete.

Ejemplos de uso de la frase <<el parto de los montes>>

  1. Luis Ignacio Parada habla en el periódico ABC del 17 de marzo de 2003 de la rueda de prensa dada, la noche anterior en las islas Azores, por el presidente de EE.UU. George W. Bush, el primer ministro británico Tony Blair y el presidente español José María Aznar. Dice que quedó clara la promesa de ayuda al pueblo iraquí una vez echado del poder el dictador iraquí Sadam Husein, pero no quedó en cambio claro cuándo exactamente iba a empezar lo que haría necesaria esa ayuda (es decir, cuándo iba a empezar la guerra contra Sadam). Y añade: “Quienes esperaban una explícita declaración de guerra podrán evocar hoy el viejo dicho de Horacio: <<Parieron los montes y nació un insignificante ratón.>> Sobre ella escribió Fedro una fábula que Samaniego popularizó en unos ripios pretenciosos: <<Con varios ademanes horrorosos, los montes de parir dieron señales. Consintieron los hombres temerosos ver nacer los abortos más fatales. Después que con bramidos espantosos infundieron pavor a los mortales, estos montes que al mundo estremecieron un ratoncillo fue lo que parieron.>> Como la política es el arte de emplear las palabras para ocultar lo que se piensa, la escenificación de ayer pudo ser ese parto de los montes”.
  2. Juan Posada habla en el periódico La Razón del 10 de diciembre de 2002 de la continuidad de la empresa Toresma II al frente de la plaza de toros de Las Ventas de Madrid. Y se refiere a <<la tramoya de la adjudicación>> (porque a dicha empresa le ha vuelto a ser adjudicada la gestión de la plaza madrileña en un reciente concurso público para su arrendamiento) como <<parto de los montes>>. Porque <<tardaron tanto en decidirse que la gente pensaba que la elaboración daría un resultado más novedoso. Y, finalmente..se deciden por los que todos pensaban desde el inicio>>.
  3. Juan Goytisolo nombra en el periódico El País del 11 de julio de 1994 a la organización militar occidental OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte –NATO en inglés–, también denominada Alianza Atlántica). Concretamente, se refiere a ella como <<verdadero parto de los montes>> con motivo de una intervención suya, como reacción a un asalto, <<que, más que asustar, envalentonó y aumentó el desprecio de los agresores hacia una comunidad internacional nula y evanescente>>.
  4. Mario Vargas Llosa habla en el periódico El País del 18 de diciembre de 2011 del libro de Carlos Granés, sobre las vanguardias artísticas del siglo XX, El puño invisible. Sobre el que dice: <<Granés..no puede evitar que su ensayo sea la constatación de un enorme desperdicio, de un absoluto fracaso. Un verdadero parto de los montes del que sólo salieron ratoncillos.[..] Una de las últimas escenas que describe El puño invisible es una exposición muy peculiar de Yves Klein, quien..presentaba una galería vacía>>. ¿Y la obra artística exhibida? Pues resulta que no había obra. O a lo mejor sí, porque al visitante se le daba al entrar un cóctel que la hacía orinar azul, y la obra artística bien podía ser esa orina azul. Añade Vargas Llosa que por las mismas fechas otro supuesto artista, Piero Manzoni, convertía en obras de arte a todos los que se cruzaban en su camino por el sencillo procedimiento (mediante <<el dispositivo mágico>> dice don Mario) de firmarles en el brazo.
  5. Manuel Martín Ferrand escribe en el periódico ABC del 27 de marzo de 2008 lo siguiente: “<<Con varios ademanes horrorosos/ los montes de parir dieron señales>>. Así arranca El parto de los montes con el que el riojano y afrancesado Félix María Samaniego vio venir a Mariano Rajoy”. Samaniego, nacido en La Rioja, vio venir al líder de la oposición al gobierno español, Mariano Rajoy, doscientos años antes de que éste liderara el Partido Popular (PP). Y añade el señor Ferrand: “<<Estos montes, que al mundo estremecieron,/ un ratoncillo fue lo que parieron>>”. Porque, según él, el PP<<sestea y descansa>>, en alusión a la casi nula actividad pública que desarrolla. Concluye el articulista: “<<Después de tanto ruido sólo viento>>. No es mucho, ni gratificante, para los diez millones de personas que pusieron su confianza y su voto como respaldo de un PP que no termina de desperezarse y que, en los escasos momentos en que no resulta estéril, se dedica a parir, con estilo fanfarrón y campanudo, algún ratoncillo”.
  6. Manuel Martín Ferrand comenta en el periódico ABC del 11 de marzo de 2010 la búsqueda por parte del gobierno español de consensos con la oposición. Opina que esa búsqueda obedece a que no quiere cargar en solitario con la responsabilidad propia de su función gubernamental. Y añade: <<El resultado de tan buscada complicidad siempre tiende a ser un parto de los montes.[..] Menos consenso y más actos de Gobierno>>.
  7. Manuel Martín Ferrand dice en el periódico ABC del 25 de agosto de 2012 que no hace falta ser ningún fino analista para darse cuenta de que la información que los ministros españoles dan tras sus reuniones se pueden resumir <<tomando como falsilla El parto de los montes, la fábula en la que Esopo hizo que una montaña rugiente, tras asombrarnos con sus gritos y síntomas de alumbramiento, pariera un ratón>>.
  8. Jon Juaristi menciona en el periódico ABC del 25 de septiembre de 2005 un consejo del historiador del trosquismo Isaac Deutscher: <<Si quieres un burócrata de acero inoxidable, búscate un sindicalista: matará antes que volver al tajo>>. Y lo hace a propósito de un español, un tal Díez, al que califica de <<burócrata de acero inoxidable>>, y de la exigencia por parte de éste al presidente del gobierno español de que se convierta en otro burócrata perfecto, concretamente en <<abrelatas de acero inoxidable>>. <<Es, al parecer, todo lo que tenía que decir>> –señala el señor Juaristi. <<Decepcionante>>. <<Tiene mucho que decir en este asunto, afirmaba López de Díez. Pues bien, habló Díez>>. Y todo lo que le dijo al presidente fue que se volviera abrelatas. <<El parto de los montes>> –remata Jon Juaristi.
  9. Jon Juaristi dice en el periódico ABC de 1 de abril de 2012 que la huelga general política francesa de mayo de 1968 no cambió el sistema, y lo único que los sindicatos hicieron, mientras daban la espalda a los grupúsculos leninistas de las universidades, fue pactar subidas salariales con la patronal. En su opinión <<terminó, como bien es sabido, en un parto de los montes>>.
  10. Jaime Campmany habla en el periódico ABC del 12 de abril de 1997 del acoso y persecución a que han sido sometidas varias personas que cita y a las cuales finalmente les ha sido impuesto un castigo ridículo (multas insignificantes y cosas así), en un auténtico <<parto de los montes>>.
  11. Jaime Campmany comenta en el periódico ABC del 27 de mayo de 2003 las elecciones municipales españolas celebradas dos días atrás, cuyos resultados le parecen malísimos para el Partido Socialista. Tras decir lo cual, añade: <<En comparación con lo que esperaban, el parto de los montes>>.
  12. Tomás Cuesta opina en el periódico La Razón del 9 de marzo de 2002 que urge evitar que los responsables de la celebración del centenario del Real Madrid <<escenifiquen otro parto de los montes a propósito de este centenario>>.
  13. Tomás Cuesta firma en el periódico La Razón del 6 de septiembre de 2005 un artículo bajo el título de <<El parto de los montes>>. En el que dice que todos podemos equivocarnos. Y al presidente de gobierno español que convirtió el matrimonio entre homosexuales en un proyecto estrella eso es lo que parece que le ha pasado con la legalización del llamado matrimonio gay, porque resulta que tras el muchísimo ruido mediático que provocó, son poquísimos los homosexuales que se han casado entre sí; la inmensa mayoría de ellos sigue “sin enseñar la cabecita, como un diminuto <<mus>> desconfiado”.  Y hace también este comentario: “Mira que un asesor tan fino como Horacio lo había ya pronosticado: <<Parturient montes, nascetur ridiculus mus>>. Los montes están de parto, nacerá un ratón ridículo”.
  14. Tomás Cuesta escribe en el periódico ABC del 24 de abril de 2010 un artículo a propósito de la propuesta, en forma de documento, echa dos días antes por el ministro de Educación español para un Pacto de Estado –Social y Político– en Educación (habitualmente llamado Pacto Educativo), un proyecto gubernamental cuyo contenido en ese momento ha sido tildado ya de retórico y falto de sustancia. Comienza su artículo de esta guisa: <<Se veía venir que lo del Parto Educativo iba a ser una reedición del Pacto de los Montes, y a la viceversa>> [a la viceversa queda así: Se veía venir que lo del Pacto Educativo iba a ser una reedición del Parto de los Montes]. A continuación califica el texto presentado por el ministro como tremendamente <<insustancial>>, <<chirle>>, <<desestructurado>> y <<grotesco>>. Para a continuación de este mamporro atizarle este otro, que no se puede citar de forma no literal sin que sufra pérdida: “El ministro..ha perpetrado un documento en el que se declara especie protegida al genuino lerdo ibérico.. Sesenta y cuatro páginas de jerigonza inane, de avisos solecismos, de anacolutos héticos y de comatosa verborrea.. La nada, la pura nada,..el vacío perfecto.[..] <<Parturient montent, nascetur ridiculus mus>>, sentenció el viejo [poeta latino] Horacio>>”.
  15. Tras tantos truenos, que parecía que iba a caer un diluvio, sólo han caído cuatro gotas. El parto de los montes.
  16. José Javier Esparza habla en el periódico La Verdad del 6 de marzo de 2005 de un <<comité de sabios>>. El comité de los llamados sabios (eso no lo explica el articulista sino que se añade aquí) consiste en un grupo de personas eminentes elegidas por el gobierno para diseñar (y –¿sobre todo?– para cobrar bien cobrado por supuestamente diseñar) un plan de mejora de la televisión pública. Conseguir que sea una televisión buena, bonita y barata, no lo han conseguido, es decir que han fracasado en su trabajo a pesar de su sabiduría, es decir no han hecho su trabajo, pero cobrar bien cobrado sí que han cobrado, que no son tontos, sino sabios. Así que ni corto ni perezoso, el gobierno ha decidido celebrar su fracaso condecorándolos. ¿Para qué fueron inventados los comités de sabios, aparte de para no solucionar nada?: para pagarles y darles medallas, que no hay afán más noble que el de cuidar la sabiduría. Dice al respecto el señor Esparza: <<El gobierno ha decidido condecorar a sus sabios. Si atendemos a los resultados prácticos de su trabajo, la iniciativa gubernamental no es indignante; es, sencillamente, hilarante>>. Y es que trabajaron los sabios durante largos meses. ¿Y? Lo dice don José Javier: <<Al final, como en el parto de los montes, de allí salió un ratón.[..] Pero, eso sí: las medallas, que no falten>>.
  17. Francisco Sosa Wagner escribe en el periódico El Mundo del 23 de junio de 2010 lo siguiente sobre la definición que da el Diccionario de la Real Academia Española de la palabra <<gobernanza>> como <<el arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía>>: “Se advertirá fácilmente que todo esto no es sino lo que han pretendido los gobiernos de todas las épocas, por lo que el esfuerzo que los señores académicos han realizado para describir la gobernanza tiene el aire de ser, en cierta manera, el parto de los montes”. Y añade: “Si nos vamos a los trabajos científicos publicados, nos encontramos con que la gobernanza se define como <<la conversión de la pluralidad de los intereses sociales en una acción unitaria alcanzando las expectativas de los actores sociales>> (A. Cerrillo)”. 
  18. Lorenzo Contreras opina en el periódico ABC del 6 de junio de 1995 que ha recordado el parto de los montes una última reunión del comité federal socialista de la que la verdad es que <<habría sido temerario esperar mucho>>.
  19. César Vidal dice en radio COPE el 17 de octubre de 2005, con referencia a Pascual Maragall (presidente de la española región autónoma de Cataluña): <<Toda esta zarabanda que ha montado Maragall..al final ha quedado en el parto de los montes>>.
  20. Manuel Lloris, en el periódico Las Provincias del 4 de agosto de 1994, y tras decir que la difusión del teléfono en España es un fenómeno relativamente reciente, narra un episodio de su niñez. El hecho (el magno acontecimiento, según se verá) tuvo lugar en la población de Alcoy, pueblo natal del columnista. Se supone que en la década de los cuarenta, años en que éste era niño-adolescente. Y tuvo como protagonista a la compañía de teléfonos Telefónica. Cuenta el señor Lloris: <<Siendo yo un chiquillo, la familia recibió un aviso de conferencia de la Telefónica. El magno acontecimiento tendría lugar horas después. Mis padres echaron mano de toda la prole, nos presentamos en el edificio con una hora de antelación, tuvimos que esperar varias horas más y por fin se produjo el parto de los montes. No me acuerdo de quién nos llamaba, pero sí de la excitación general de nuestra pequeña tribu. Fue un hito en la historia familiar.[..] Fue mi padre quien con mano temblorosa cogió reverencialmente el auricular>>.
  21. R. M. dice en el periódico Las Provincias del 5 de julio de 1995 que algunos de quienes sueñan en España con rodar su primera película dedican a la consecución de ese objetivo muchos años y ahorros. <<Y cuando por fin se produce el parto de los montes… lo que sale es una caquita demencial>>.
  22. Darío Villanueva comenta en el suplemento El Cultural del periódico El Mundo del 17 de enero de 2014 el hecho de que ya aparece en la versión de internet (la versión <<en línea>>) del Diccionario de la Real Academia Española, como nueva acepción, que tableta es un <<dispositivo electrónico portátil con pantalla táctil y múltiples prestaciones>>, una definición de la que dice: <<Se pensará que tamaña aportación se asemeja al parto de los montes>>.

Ejemplo suplementario

En la foto anterior se decía que en la llanura manchega no podía ser el parto de los montes, sino que tendría que ser en todo caso el parto de los llanos. Pues bien, toda regla tiene su excepción, y la excepción estuvo en esta, llamémosla así, montañita de la llanura de La Mancha ubicada en el término municipal de La Roda (Albacete). La “montañita” está al borde de una carretera (en la imagen se ha colado, a traición, un vértice de la placa triangular de una señal de tráfico). Pues bien, cuidadito con cómo se las gasta, o por lo menos con cómo se las gastó una vez, esta montaña pequeñita pero matona. Pegó en cierta ocasión unos alaridos tremebundos, como si se fuese a abrir en canal de un momento a otro mientras lanzaba a los cuatro puntos cardinales una miríada de protervos rayos con ganas de fulminar a todo bicho viviente. Eso sí, finalmente, por esas curiosidades que tiene la vida, todo quedó en nada: la apertura de estos dos agujeritos es todo lo que pasó, fíjate tú qué chasco; un parto de los montes sin relevancia ninguna y cuyo único interés se lo encontrarían posiblemente los conejillos a los que estas dos casitas ya hechas les pudiera alegrar el día al encontrárselas.

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