Significado y ejemplos de uso de la expresión ZORRA DESOREJADA (o ZORRASTRÓN DESOREJADO)
La frase ZORRA DESOREJADA es forma muy malsonante de significar despreciativamente mujer extraordinariamente zorra (sexualmente muy golfa (viciosa) o promiscua).
Ejemplos:
- [Resumen del texto precedente: Los programas-basura tienen tomadas todas las cadenas de televisión española, pues, al ser los de más audiencia, son los que mayores beneficios publicitarios producen]. La prensa del corazón, por así llamarla, se limitaría a ser anécdota si la complicidad de la televisión le fallara. Y toda esa pandilla de periodistas de cloaca, colaboradores de alcantarilla, zorras desorejadas, chulos con doctorado, miramelindos, necios, putitas y putones, concursantes de necedades, vendedores de exclusivas, cotillas del ayer y demás tipejos, poco a poco desaparecerían tragados por la indiferencia pública. Ya que los empresarios de las cadenas de televisión no se atreven a dar el paso, que al menos se vean obligados a darlo cuando comprueben que la publicidad ya no les asiste. Alfonso Ussía. ABC,9-11-2003.
- No hay cosa más odiosa para una mujer, o al menos para una mujer como yo, que el que la llamen zorra desorejada y que encima no lo hagan a la cara, sino por la espalda y a traición, que es como lo hacen las vecindonas de mi barrio, que desde que se enteraron de a qué me dedico no hay cosa que más placer les cause, y nunca mejor dicho, que criticarme y llamarme así, según me han contado algunas que tampoco es que sean muy de fiar, puede que ellas también participen del jolgorio criticón de las otras, que aquí el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, jo, qué panorama, que hatajo criticonas, no me extraña que luego les guste, como estoy segura de que les gustará, todos esos programa de cotilleo de la televisión en los que andan a ver de quién pueden decir que uno es un cornudo y otra una tal y una cual, o que lo parece, o yo qué sé, en fin, lo que digan, es que yo no veo esos programas y no puedo por tanto criticarlos debidamente, pero constarme cómo son, la criticonería repulsiva que son, sí que me consta. Espero que no salgan en alguno de ellos mis vecinas, a ver si con un poco de suerte, les preguntan por mí, para así poder insinuar –porque no creo que se atrevan a decirlo con todas las letras– lo que soy. Lo que soy según ellas, vamos, a ver si me explico. Que no lo repito porque hasta yuyu me da decirlo. Qué insulto más horroroso, por Dios. De qué mente enferma habrá salido. De qué zorrastrón* desorejado, ea, que hay que aplicarle al enfermo su misma medicina, a ver si así se cura. Bueno, me voy, que tengo que las mujeres honradas tenemos que trabajar. [* Así es como escribe esta expresión Jaime Campmany en el periódico ABC del 3 de noviembre de 2003: <<zorrastrón desorejado>>.
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