ÍNDICE
Significado de la expresión MASCULINO GENÉRICO
Un masculino genérico es un vocablo de género masculino con valor tanto de género masculino como de género femenino, y que por ende sirve para designar a ambos sexos, el masculino y el femenino.
- Por ejemplo: Los españoles quieren aprender muchas expresiones españolas = Los españoles y las españolas quieren aprender muchas expresiones españolas. (En la frase anterior <<españoles>> es un masculino genérico, porque designa tanto a los hombres como a las mujeres).
Más información
- En español el género masculino es, o lo ha sido históricamente, el de sentido más general. Así, se ha dicho por ejemplo, por seguir con el ejemplo anterior, <<los españoles son vehementes>>, para incluir a ambos sexos en esa opinión, y no <<las españolas son vehementes>>. Podría pasar a serlo el femenino, si se lograra tal cambio. En ese caso sería el género lingüístico femenino, y no el masculino, el que valdría para referirse a ambos sexos: las españolas = las españolas y los españoles. A lo cual habría que denominar femenino genérico.
- Por razón de la evolución espontánea de la lengua a lo largo de los siglos, el género genérico ha sido el masculino, y la existencia del mismo ha permitido que no haya sido necesario decir <<los españoles y las españolas>> o, si se prefiere, <<las españolas y los españoles>>. Ha bastado con decir <<los españoles>> para entender por ello lo expresado por ambas repetitivas frases.
Ejemplos de masculino genérico
En virtud de ese sentido más general, el género gramatical masculino se refiere en muchos casos, o así ha sido hasta el presente, tanto al sexo masculino como al femenino. Así, por ejemplo, en la frase <<el tigre es un hermoso animal en vías de extinción>>, entendiendo el masculino como genérico se está hablando no sólo de los tigres machos, sino también de las hembras, y así ha sido entendido, como supuestamente lo seguirá siendo en el momento de la escritura de estas líneas (año de gracia de 2020). Y lo mismo para el hombre: decir <<el hombre>> ha venido equivaliendo a decir <<la especie humana>>. Y por ello una frase como <<el hombre es el animal que tiene Historia>> se ha venido entendiendo como inclusivo tanto del hombre como de la mujer. De igual modo, los alumnos de un colegio son, o al menos así se ha entendido hasta no hace mucho, los alumnos y las alumnas: <<¿Cuántos alumnos tiene el colegio?>>. Es decir, ¿cuántos chicos y chicas asisten al colegio? En este caso, <<los alumnos>>, igual que <<el tigre>>, es un masculino genérico, porque vale por ambos géneros, masculino y femenino, y por tanto designa tanto a alumnos como a alumnas o, lo que es lo mismo, incluye a ambos sexos, a los chicos y a las chicas.
En el blog al que pertenece esta página sobre tan polémica y debatida cuestión hay multitud de ejemplos de este uso. De hecho, en las citas usadas como ejemplos ilustrativos es lo único que hay salvo quizá alguna posible excepción, que en el caso de tratarse de palabras de un periodista lo normal es que sean irónicas, como suelen serlo en relación con el tema (he aquí una excepción evidentemente irónica: <<hoy en día, los jóvenes y las jóvenas..>> (Jaime Campmany. ABC,13-8-2000)). Pero valga un único ejemplo de ello: en la entrada dedicada a la expresión tenerlo claro hay una cita, la última de todas, en la que el periodista autor del texto (Manuel Lloris) se dirige así a quien pueda estar leyéndolo: <<A ver si lo tiene claro, lector>>. Es decir, no dice <<A ver si lo tiene claro, lector y lectora>>, sino que sólo usa el género masculino (al que, obviamente, da valor de masculino genérico, pues es imposible que descarte la posibilidad de que le lea una mujer).
Ejemplos de no utilización del masculino genérico
He aquí un par de ejemplos reales de elusión, o quizá más exactamente de simple falta de uso, del masculino genérico:
- [Dirigiéndose a los telespectadores, habla una presentadora de programa televisivo sobre el festival de Eurovisión que se celebrará el siguiente día 21 y al que precede una fase clasificatoria (una semifinal de emisión inmediatamente posterior al citado programa):] Pero tranquilos y tranquilas, porque España ya tiene su puesto asegurado [sin necesidad de quedar clasificado para la final en la semifinal]. Ainhoa Arbizu. TVE-2,19-5-2005.
- [Un ejemplo clásico de repetición sustitutoria es el de <<todos y todas>>. Estos usos empezaron a extenderse sobre todo a partir del año 2000, pero ya antes se podían encontrar, y el siguiente es de los antiguos:] Por tanto, no voy a entrar aquí con [¡en!] el tema..de..la necesaria auto-realización de la mujer a través de una actividad laboral remunerada. No voy a entrar en ello porque sería repetirme y este discurso, tan sabido por todos y todas últimamente, está bastante manoseado. Elena Ochoa. Interviú,6-2-1995.
Inconveniente de su no utilización
Esta repetición de palabras (del género femenino siguiendo al masculino de un mismo vocablo habitualmente) tiene el inconveniente de hacer las frases más largas de lo que lo serían usando el masculino génerico (y, obviamente, de lo que lo serían con el uso de un hipotético femenino genérico). Porque, efectivamente, una frase como <<tranquilos todos, porque como ciudadanos españoles tenemos derecho a ello>> queda transformada en otra bastante más larga, además de más complicada y en la que puede fácilmente producirse algún olvido (que falte alguno de los géneros en alguno de los elementos que la integran) que la convierta en incorrecta: <<tranquilos y tranquilas todos y todas, porque como ciudadanos y ciudadanas españoles y españolas tenemos derecho a ello>> (o bien esto, que queda mejor pero podría precisar de mayor atención: <<tranquilos y tranquilas todos y todas, porque como ciudadanos españoles y ciudadanas españolas tenemos derecho a ello>> (y, evidentemente, podría colocarse primero el género femenino: <<tranquilas y tranquilos todas y todos…>>)).
A este alargamiento alude, entre otros aspectos del uso actual de la lengua española en España tratados a lo largo de su artículo, el sociólogo y lingüista Amando de Miguel en un artículo suyo publicado en Libertad Digital el 17 de abril del 2020 con el título de <<El lenguaje de nuestros hombres públicos>> (nota: en uno de los comentarios de lectores, el de Manuel Ortega, se cambia la palabra <<contribuyentes>>, usada al final del escrito de don Amando, por <<contribuyentes y contribuyentas>>).
La elusión del masculino genérico deja dos opciones expresivas:
Una es su sustitución por el actualmente no vigente femenino genérico (<<la tigresa es un hermoso animal en vías de extinción>>, <<la mujer desciende del… (o más bien <<desciende de la…>>)>> en vez de <<el hombre desciende del…>> en referencia a la especie humana, y de igual modo <<la mujer es el animal que tiene Historia>>, así como, por seguir con los ejemplos anteriores, <<Cuántas alumnas tiene el colegio?>>, por lo cual habría que entender que se está preguntando cuántas alumnas y cuántos alumnos). La otra opción es precisamente esta última: mencionar a ambos: <<¿Cuántas alumnas y alumnos tiene el colegio>> (y, respecto a los otros ejemplos, <<la mujer y el hombre son los animales que tienen Historia>>, etcétera). Esta es una opción actualmente usada, en grado cada vez mayor, en sustitución del masculino genérico. Y así se habla, por poner un ejemplo muy conocido, de <<ciudadanos y ciudadanas>>.

EXPRESIÓN RELACIONADA: